EUSKAL HERRIKO HIRIBURUAK UZTARTUZ 2003-2004-2005
       
7. SEKTOREA: BILBO ... DONOSTIA AIZKARDI Mendizale Elkartea
5. ETAPA: ORIO ... DONOSTIA VILLABONA
     
     
RESUMEN DEL RECORRIDO

Esta etapa constituye el cierre de esta andadura a lo largo de las capitales de Euskal Herria. Para terminar hemos querido realizar un recorrido suave en un entorno que combine la montaña y el mar. Esta etapa recorre el litoral entre Orio y Donostia por un camino que se encontraba cerrado por la espesa vegetación y que ha sido recuperado recientemente por la Federación Gipuzkoana de Montaña. Sin embargo, dado que no son muchos los que se atreven caminar por estos lugares, la naturaleza gana terreno fácilmente. A pesar de todo, el recorrido merece la pena ya que combina el reconocimiento de calas y ensenadas con recorridos de vaguadas y acantilados.

Nota
Los horarios establecidos corresponden a tiempos efectivos de marcha, sin tomar en cuenta los descansos.


  Altura Km Horario  
         
ORIO 5 0 0:00  
Antillako Hondartza 0 2,0 0:25  
Itxaspe Baserria 110 3,5 0:45  
Egiluze Baserria 180 7,0 2:00  
Agiti 65 8,0 2:15  
Galeseno 75 10,0 2:45  
Lezkako Muturra (Punta Galea) 55 11,0 3:00  
Biosalbi 40 11,5 3:15  
Igeldoko Errepidea 140 13,0 3:35  
Erregenea Dorrea 35 14,5 3:55  
Ondarreta 5 15,0 4:00  
Kontxa 5 16,5 4:20  
DONOSTIA (kaia) 5 17,5 4:30  
         



DESCRIPCIÓN DEL RECORRIDO
l ORIO Altura : 5m Distancia : 0,0Km Horario : 0h00m


Saliendo de la carretera N-634, junto al puente sobre el río Oria, descendemos las escaleras que dan acceso al paseo Ibaiondo para llegar a la Herriko Enparantza. Hemos de llegar hasta la playa de Antilla, para lo que tomaremos el camino de las riberas, recorriendo la ría. Continuaremos el paseo junto al río hasta llegar bajo las pilonas de la autopista A-8. En estos momentos, este paseo se cierra en este punto por la construcción de un puerto deportivo en los terrrenos de Antilla, lugar muy frecuentado en verano por familias de toda Gipuzkoa. Bordeando las obras continuamos por medio de estos terrenos, llegamos al camping municipal y un poco más adelante a la playa de Antilla o Plaiaundi.

Aquí seguimos el camino hormigonado de Karramarro que sube en fuerte pendiente bordeando la montaña de Talaimendi, nombre muy frecuente en estas costas ya que estas lomas eran utilizados como atalayas para avistar a los barcos que regresaban a puerto. Una vez acabado el fuerte repecho y situados a una altura en la que dominamos la playa de Orio y disfrutamos de hermosas vistas al mar, el hormigón desaparece y continuamos por un camino ancho de hierba. Ya podemos ver marcas blanquirrojas de la Vuelta a Gipuzkoa, GR-121, que nos van a llevar hasta el mismo Donostia. El camino recorre las faldas de Maspildegi y, con pequeños desniveles, nos lleva hasta el caserío de Itxaspe, situado sobre la ensenada de mismo nombre.

l ITXASPE BASERRIA Altura : 110m Distancia : 3,5Km Horario : 0h45m

Del caserío seguimos de frente por una pista que sube en curva a la izquierda, dejando a la derecha un camino que lleva a una fuente. Un poco más adelante, dejamos a la derecha un camino y seguimos defrente por camino ancho de hierba junto a un alambrado. De nuevo, el camino sube a la derecha pero hay una valla metálica que nos cierra el paso. Abandonamos la pista y cruzamos el alambrado que está defrente, continuamos por un estrecho camino en bosque de pino. Más que sobre un camino, estamos andando sobre un tubo de conducción, tapado con piedras; fuera de él la maleza cierra todo posible paso. Descendemos al arroyo de Mutegizar, sobre la ensenada de Aiznal-Txiki, para subir nuevamente a la misma altura y seguir a media ladera; entramos en un pinar con grandes helechos y descendemos a la vaguada de Erkidi. Al salir del bosque, una gran placa de piedra baja hasta el mar, en la ensenada de Aiznal-Haundi. Un poco más adelante, mientras el tubo mantiene la altura sobre un puente de hormigón, invitándonos a pasar sobre él, descendemos a cruzar el arroyo, para luego subir en fuerte pendiente un tramo que se nos hace largo, a lomos entre dos vaguadas, hasta encontrar un camino ancho y llano que seguimos a la izquierda. Pronto nos encontramos con un camino que, viniendo desde abajo, de las ensenadas de Pikozarreta y Plaiaundi, sube a la derecha, pero que no vamos a seguir.

Seguiremos de frente un camino que se adentra en el bosque y baja al otro lado, hacia otra vaguada. Tras un viraje brusco a la izquierda bajamos en fuerte pendiente hasta llegar a la misma altura que traímos desde Itxaspe y reencontrarnos con el camino del tubo. Seguimos media ladera, salimos del bosque y, un poco más adelante, nos encontramos sobre una gran placa de piedra que baja al mar, al lugar conocido como Plaiaundi. Tenemos que descender por una estrecha garganta de tierra, sobre el tubo que emerge en su totalidad y ayudados por un cable que facilita el descenso. Una vez ganada la altura de la gran placa de piedra, el camino del tubo corta la placa en línea recta y a media ladera. El camino es de hierba, bastante alta, y bastante maleza generalmente. El lugar por el que caminamos impresiona por la caida al mar y se disfruta de unas hermosas vistas. La placa es bastante larga y al terminar, deasaparece la maleza del camino y queda la hierba alta, por lo que se hace más agradable de caminar. Atravesamos un alambrado y bajamos a otra vaguada donde cruzamos el arroyo que viene con bastante agua cuyas erosiones han formado unas cavidades profundas. El tubo presenta derivaciones con válvulas de unión. Subimos la ladera contraria y a media altura seguimos el camino del tubo hasta llegar al borde de la vaguada de Lezkadiko erreka, desde donde podemos ver al fondo el parque de atracciones de Igeldo. Aquí se sitúa el límite entre Orio y Donostia.

Hemos de cruzar una confluencia de pequeñas vaguadas por un camino a media ladera a la derecha. Así nos adentramos en un bosque y subimos lentamente, cruzamos el pequeño arroyo y al otro lado subimos a media ladera hasta llegar al caserío Egiluze, situado sobre una loma. Descendemos al otro lado hasta bajar al arroyo Iranguen que lo cruzamos y seguimos a media ladera un camino estrecho hasta llegar a un bosque de haya donde perdemos rápidamente altura. Pasamos por terreno de bambúes y desembocamos en un camino ancho de piedrilla que nos lleva hasta el caserío Agiti, sobre la ensenada de mismo nombre.

l AGITI Altura : 65m Distancia : 8,0Km Horario : 2h15m

Amplia ensenada donde se ha construido recientemente un vivero para rodaballo. Aquí se acaba prácticamente la zona más montañosa de este recorrido y a partir de este momento encontraremos un terreno más urbano. Subimos por asfalto la calle Agiti Bidea hasta el Restaurante Perus y seguimos por asfalto subiendo una fuerte pendiente hasta que a la izquierda sale el camino hormigonado de Lapabide. Seguimos por él en bosque frondoso con casas particulares a ambos lados. Salimos del bosque con una ladera con bonitas vistas al mar, a la ensenada Galeseno. Unas grandes piedras sirven como mirador. Seguimos la pista hormigonada hasta que comienza a subir y, en un cruce a la izquierda, descendemos hasta unas casas con el nombre GureTxolarte. Al llegar a la casa, seguimos a la derecha un camino junto al muro, tras pasar una pequeña valla de madera. Seguimos la linea del muro y cuando se acaba volveremos a cruzar otra pequeña valla, nos metemos en un bosque, pasamos un alambrado y a media ladera, sin perder altura, por camino con altos helechos hasta llegar a una pista sobre unas bordas. Subimos un poco por la pista, pero enseguida tomamos a la izquierda el camino ancho que baja a las bordas.

Nos encontramos sobre el cabo Lezkako Muturra o Punta de la Galea, o Galera. En una curva a la izquierda, abandonamos la pista para seguir de frente por un camino ancho de hierba hasta una borda en el centro de un terreno. Sin entrar en él, seguimos a la derecha un estrecho camino que se introduce en el vecino pinar. El camino es sobre roca húmeda, recubierta de musgo, se mezclan los pinos con las hayas y es bastante cerrado. Al salir del bosque nos encontramos en la ensenada Biosalbi, una playa sin arena y con grandes bloques de piedras redondeadas. Un estrecho camino recorre la ensenada por encima de las rocas y en el otro extremo sube entre vegetación hasta encontrar un camino ancho que seguimos a la izquierda.

El camino ancho con grandes losas de rodadura nos lleva a través de un bosque de variadas especies hasta una pista hormigonada y, más adelante, asfaltada. Es la calle de Tximistarri que toma el nombre de la ensenada del mismo nombre, donde se encuentra una playa naturista. Avanzamos entre casas hasta las pensiones Itxas-Bide y Tximistarri, y un poco más adelante llegamos a la carretera que sube al barrio de Igeldo.

Descendiendo por la carretera podemos ver en su totalidad la ensenada de Zentellazuloa, y la montaña de Igeldo, con la característica torre del hotel en la cima. A la altura del hotel Leku-Eder, junto al cruce de entrada al parque de atracciones, dejamos la carretera y seguimos al frente por un camino ancho de piedrilla que nos lleva hasta un caserío. A la entrada, una valla nos impide el paso y un estrecho camino sigue por la hierba hasta llegar a otra pista ancha en una curva cerrada. Continuamos por la pista que nos lleva hasta los apartamentos de la torre Erregenea. Bajamos por unas escaleras hasta el camino y parque de Murgil que nos lleva a las cercanías de la playa Ondarreta, en la bahia de la Concha de Donostia.

l DONOSTIA Altura : 5m Distancia : 17,5Km Horario : 4h30m

Donostia, San Sebastián, Bella Easo e Iru-Txulo son diferentes nombres que recibe la capital gipuzkoana, asentada sobre la inconfundible bahía en forma de concha, la cual está cerrada por tres promontorios montañosos, Urgull, la isla Santa Clara e Igeldo. Dos núcleos de poblaciones conformaron inicialmente esta ciudad, uno marino situado bajo el monte Urgull, donde se encuentra el puerto de pescadores, y otro, agrícola, situado en lo que hoy conocemos como barrio El Antiguo.

A pesar de su entorno natural privilegiado, durante el siglo XIX, Donostia se encontraba en declive hasta que la reina Isabel II puso de moda veranear en esta ciudad cuando, por descripción médica, vino con toda su corte en el verano de 1845. Desde entonces hasta nuestros días, se ha mantenido la tradición del veraneo donostiarra.